miércoles, 16 de febrero de 2011
Sancti Spíritus-Trinidad en Cadillac
Nada más llegar a Sancti Spíritus, nuestro inconfundible aspecto de despistados, mochila al hombro, nos delató y como eso es lo que queriamos, se nos acercaron inmediatamente las ofertas de toda clase de servicios, mencionamos transporte a Trinidad y ningún problema. Nuestro intermediario, que siempre los hay, se movió y buscó un "taxi" que aceptara el trayecto, algunos no querían porque no les daba tiempo a volver de día, pequeño dialogo de precio y acuerdo de que iba con su flamante Cadillac del (anterior a 1960, seguro) con la condición de que podía llevar más pasajeros por el camino. Nos reservó el asiento delantero, junto al conductor en un coche más ancho que un portaviones, para que no nos agobiaran. Y Así nos fuimos en primera fila en el Cadillac que le habían añadido un tercera fila de asiento y efectivamente, nada más salir empezaron a subir clientes por tramos, como si fuera un autobús de linea entre pueblos. Les faltó tiempo de ofrecernos una casa "mucho mejor que la que habiamos reservado" cena en paladar exquisito, guía para la zona y sutilezas parecidas. Menos mal que no aceptamos, porque la casa fué de lo mejor, el trato igual y la comida a capricho y que no podíamos acabar. El viaje fué muy entretenido y cortito.
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